Intercambio entre jóvenes del JMJ

  Para muchos, Australia, Nueva Zelanda y Chile no tienen muchas cosas en común. Tanto en lo cultural, lo geográfico, la música y en otros aspectos más, las diferencias entre estos países son de mundos opuestos, sin embargo, basta que un grupo de jóvenes de estas nacionalidades se sienten a conversar media hora para que se puedan dar cuenta que en torno a la fe y a las experiencias que cada uno realizan, tienen mucho en común.   Eso sucedió durante el fin de semana en la comuna de El Bosque, lugar donde se realizaron varias actividades entre los jóvenes de la paroquia San Columbano y los jóvenes peregrinos de Nueva Zelandia en marco del encuentro del JMJ, Río 2013. Los primeros en tomar las palabra fueron los anfitriones, quienes destacaron y concordaron que para ellos hacer misión es “conocer las diferentes realidades sociales que hay en Santiago, pero principalmente en el resto de nuestro país. Además para nosotros misión es compartir y tratar de ayudar a la gente y eso buscamos hacer, por ejemplo, el días especiales, como el Día del Niño, que para nosotros es más allá de ser un día comercial”. En tanto, los peregrinos de Nueva Zelanda que participaron de la actividad afirmaron que “las misiones se traducen en estar y dar la mano al que más lo necesita y en nuestro país eso se da mayormente en los adultos mayores”. Se toco el tema de la depressión que afecta muchos jóvenes tanto aquí en Chile como en el continante Oceanía. Se compartío experiencias donde varios personas del grupo conocián jóvenes que se han quitado su vida a causa de a depressión y la exclusión social. Sin embargo, también valoraron el hecho de viajar a America Latina, “porque nos ha ayudado a entender nuestro trabajo como misioneros y esto nos va a ayudar a mejorar la relación los con extranjeros que viven en nuestro país. Ahora entendemos que esto es a los que ellos están acostumbrados. Nosotros hemos podido percibir que acá las personas se cuidan mucho entre sí y hay mejores lazos afectivos entre las personas". Sin duda una jornada positiva y necesaria para todos ellos, quienes agradecieron la experiencia de compartir diferentes visiones y culturas, siempre ligados a la labor de entregar un mensaje de fe y esperanza.

 

Para muchos, Australia, Nueva Zelanda y Chile no tienen muchas cosas en común.
Tanto en lo cultural, lo geográfico, la música y en otros aspectos más, las diferencias entre estos países son de mundos opuestos, sin embargo, basta que un grupo de jóvenes de estas nacionalidades se sienten a conversar media hora para que se puedan dar cuenta que en torno a la fe y a las experiencias que cada uno realizan, tienen mucho en común.
 

Eso sucedió durante el fin de semana en la comuna de El Bosque, lugar donde se realizaron varias actividades entre los jóvenes de la paroquia San Columbano y los jóvenes peregrinos de Nueva Zelandia en marco del encuentro del JMJ, Río 2013.

Los primeros en tomar las palabra fueron los anfitriones, quienes destacaron y concordaron que para ellos hacer misión es “conocer las diferentes realidades sociales que hay en Santiago, pero principalmente en el resto de nuestro país. Además para nosotros misión es compartir y tratar de ayudar a la gente y eso buscamos hacer, por ejemplo, el días especiales, como el Día del Niño, que para nosotros es más allá de ser un día comercial”.

En tanto, los peregrinos de Nueva Zelanda que participaron de la actividad afirmaron que “las misiones se traducen en estar y dar la mano al que más lo necesita y en nuestro país eso se da mayormente en los adultos mayores”.

Se toco el tema de la depressión que afecta muchos jóvenes tanto aquí en Chile como en el continante Oceanía. Se compartío experiencias donde varios personas del grupo conocián jóvenes que se han quitado su vida a causa de a depressión y la exclusión social.

Sin embargo, también valoraron el hecho de viajar a America Latina, “porque nos ha ayudado a entender nuestro trabajo como misioneros y esto nos va a ayudar a mejorar la relación los con extranjeros que viven en nuestro país. Ahora entendemos que esto es a los que ellos están acostumbrados. Nosotros hemos podido percibir que acá las personas se cuidan mucho entre sí y hay mejores lazos afectivos entre las personas».

Sin duda una jornada positiva y necesaria para todos ellos, quienes agradecieron la experiencia de compartir diferentes visiones y culturas, siempre ligados a la labor de entregar un mensaje de fe y esperanza.