El saldo dejado por el tifón Haiyan en Filipinas es hasta el momento de 10.000 fallecidos, dada la devastación en ciertas áreas del archipiélago.
Una vocero de la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas, Ola Fagan, estimó que 9 millones de personas en 41 provincias han sido afectados en lo que ha sido uno de los tifones más poderosos que alguna vez hayan tocado tierra y probablemente el evento natural más destructivo en la historia de las Filipinas.
De ese número, se estima hasta cuatro millones de niños pueden haberse visto afectados, según cifras divulgadas este domingo por Unicef, organismo que informó que ya ha movilizado alimentos para niños, agua y material sanitario e higiénico para ayudar a un máximo de 3.000 familias, que se distribuirán en la zona de Tacloban tan pronto como sea posible el acceso y en el caso de los niños que han escapado al «terrible daño» del tifón «necesitan ayuda urgente para sobrevivir a las secuelas de la tormenta», con una atención especial al suministro de agua y los sistemas de saneamiento.
El director de Save the Children en Filipinas, Ned Olney, explicó que el paisaje de la costa «ha cambiado radicalmente» y que «no queda absolutamente nada en pie. Es una situación extrema. Estamos viendo como el número de víctimas mortales y de heridos no para de aumentar, y eso que estamos hablando solo de la provincia de Leyte».
Save the Children está esperando en Filipinas la llegada de un primer grupo de unos 60 expertos internacionales en los próximos días y destinará inicialmente 30 millones de dólares a distribuir ayuda humanitaria por la zona afectada, más las donaciones que consiga recaudar.
El Papa pide «ayuda concreta»
A raíz de esta catástrofe natural, el papa Francisco pidió el domingo a los católicos que recen pero también que hagan llegar una «ayuda concreta» a los cientos de miles de víctimas del tifón que sacudió a Filipinas.
«Deseo asegurarles de mi proximidad a las poblaciones de Filipinas y de la región, que han sido golpeadas por un terrible tifón. Desgraciadamente las víctimas son múltiples y los daños enormes. Tratemos de hacerles llegar nuestra ayuda concreta», dijo.
La Sociedad Misionera de San Columbano en Chile solidariza con todo el pueblo filipino y si bien ningún lugar donde trabajan los Columbanos está directamente afectado, muchos tienen familiares y amigos en la zona de la catástrofe.
La Casa Central de los Columbanos y la parroquia de Malate están en pleno centro de Manila, y además hay presencia columbana, ya sea de sacerdotes y laicos misioneros en las islas de Luzón, Negros y Mindanao.