El domingo 20 de octubre pasado se celebró la Jornada Mundial de Misiones y el Papa Francisco recordó a una laica misionera que fue asesinada en Nigeria los primeros de octubre 2013.
Durante el rezo de los Ángeles ese domingo el papa Francisco preguntó, ¿Cuál es la misión de la Iglesia? Reflexionó con estas las palabras:
«La misión de la iglesia de difundir en todo el mundo la llama de la fe, que Jesús ha encendido en el mundo: la fe en Dios que es Padre, Amor, Misericordia. El método de la misión cristiana no es el hacer proselitismo, sino el compartir la llama que calienta el alma. Agradezco a todos aquellos que, a través de la oración y de la ayuda concreta sostienen la obra misionera, en particular, la solicitud del Obispo de Roma para impulsar la difusión del Evangelio.
En esta Jornada estemos cerca de todos los misioneros y las misioneras, que trabajan tanto, sin hacer ruido y que dan su vida. Como la italiana Afra Martinelli, que ha trabajado durante muchos años en Nigeria: hace unos días fue asesinada, por robo. Todos han llorado, cristianos y musulmanes ¡era muy querida! Ella ha anunciado el Evangelio con su vida, con la obra que ha realizado, un centro de educación. Y de este modo ha difundido la llama de la fe, ¡ha combatido la buena batalla! ¡Pensemos en esta hermana nuestra y saludémosla con un aplauso todos juntos!»
Afra Martinelli nació en Civilerghe, Brescia, Italia hace 78 años. Misionera laica, no estaba vinculada a ningún instituto religioso, y se encontraba en Nigeria desde hacia más de treinta años, donde había fundado y dirigía el Centro Regina Mundi: una escuela de informática con un colegio para chicos, en Ogwashi-Ukwu, en la diócesis de Issele-Uku. La mañana del 27 de septiembre sus colaboradores la encontraron en su habitación, herida gravemente en la nuca por un machete, probablemente por un intento de robo. Fue transportada al hospital más cercano, y falleció el 9 de octubre, después de varios días de agonía.