Mensaje XLVIII Asamblea Nacional CONFERRE

MENSAJE XLVIII ASAMBLEA NACIONAL CONFERRE Padre Hurtado 11-13 abril 2016 “Salgamos aprisa al encuentro de la vida” (Plan Global de la CLAR para el trienio 2015-2018) El An?o de la Misericordia y el nuevo plan Global de la CLAR para el trienio 2015-2018, iluminado por el Icono Bi?blico de la Visitacio?n, han enmarcado el desarrollado la XLVIII Asamblea Nacional de CONFERRE, realizada en el centro de Espiritualidad Loyola de la Comuna de Padre Hurtado. Las Superioras y Superiores Mayores, Coordinadoras Zonales, Junta Directiva y Coordinadoras/es de Departamentos, hemos hecho un discernimiento, pregunta?ndole al Espi?ritu do?nde esta? soplando los grandes desafi?os pastorales que implican hacer nuestro el lema “salgamos aprisa al encuentro de la vida”, asi? como Mari?a fue de prisa al encuentro de su prima Isabel. En un primer momento, hemos sido invitados/as a la escucha, el anuncio y el servicio en clave de compasio?n. Resuena en nosotros/as el llamado de convertirnos a la misericordia, un don que tenemos que pedir al Sen?or y una decisio?n que tenemos que tomar, haciendo de ella un estilo de vida que nos lleve a la reconstruccio?n de relaciones ma?s humanas y evange?licas, llegando a impregnar hasta las estructuras de gobierno de nuestros Institutos y Congregaciones. Siendo asi? signos de la misericordia para la sociedad. La experiencia vivida en el An?o de la Vida Consagrada nos ha invitado a volver a lo propio, a redescubrir nuestra identidad como Vida Religiosa. Esperamos que en todos/as nosotros/as haya renacido la esperanza, la pasio?n, la frescura del primer si?, el deseo de una vida ma?s radical, porque nuestras rai?ces se hunden en el Sen?or. Ahora, a trave?s del icono de la Visitacio?n, la prisa de Mari?a y la alegri?a de Isabel nos interpelan. Dios, a trave?s de ellas, nos empuja a levantarnos, a salir y vivir la profeci?a del encuentro, porque el amor nos urge. Mari?a, imagen de mujer creyente, se vuelve para nosotros/as impulso para ser testigos de nuestro u?nico Salvador. Nos pide que demos testimonio de hombres y mujeres creyentes en Jesu?s, dejando de lado nuestras dudas y proclamando que en nuestra Vida Consagrada Dios ha irrumpido; que somos una vida visitada, salvada y en fiesta; pren?ada, portadora del Resucitado que esta? obrando en nosotros/as y en todos los hermanos y hermanas. Una vida Consagrada servidora y alegre, que no busca protagonismos, que se reconoce en su tarea de precursora del Sen?or. Es e?sta una invitacio?n a buscar el sentido hondo del ser, no desde lo u?til que tiene la persona, sino desde su verdadera dignidad de hijo e hija de Dios. El encuentro intergeneracional, reflejado en Mari?a e Isabel, ambas portadoras de vida y de buena noticia, nos instan a un dia?logo con las nuevas generaciones de religiosos/as, acogiendo, reconociendo y acompan?ando sus inquietudes y aportes, estando abiertos/as a salir de nuestras zonas de confort. En un sistema que proclama que la salvacio?n esta? en el poder, la riqueza, el monopolio del saber, hay situaciones que claman. La realidad nos interpela y es clave para nosotros/as: la trata de personas, el conflicto en la Araucani?a, las relaciones deshumanizadas, la situacio?n de los migrantes, los jo?venes vulnerables, las situaciones de tra?fico de drogas, la violencia, deben marcar nuestro ritmo de respuesta, aunque a veces experimentemos cierta impotencia y desconcierto. Salimos desafiados/as, de esta Asamblea Nacional, a promover la cultura del encuentro desde la Palabra del Evangelio, que es experiencia y acontecimiento, en clave de Misericordia. Y a vivir la Intercongregacionalidad en la comunio?n misionera donde la vida clama como la Araucani?a, Trata de Personas, Migrantes. Queremos, como Mari?a en su Magnificat, reflejar asi? nuestra conviccio?n que la salvacio?n viene de Dios y ya esta? obrando, que su accio?n esta? oculta en los pobres, pero es eficaz y causa alegri?a. Durante estos di?as hemos reconocido la generosidad del Sen?or reflejada de manera patente en la oportunidad de vivir la misio?n en Copiapo?, de ir donde la vida estaba y sigue clamando y de tener como regalo la riqueza del trabajo y convivencia intercongregacional, por eso hemos decidido continuar con la misio?n en Copiapo? en una segunda etapa de acuerdo a la propuesta de la Zonal. Y tambie?n, siendo Chile un pai?s que a menudo es golpeado por los embates de la naturaleza y que nuestros hermanos no pueden esperar, hemos acogido la mocio?n de formar un equipo de hermanos y hermanas que pueda estar disponibles en situaciones de emergencia. Antes de concluir queremos agradecer a todo el equipo organizador que ha facilitado el desarrollo de la Asamblea y, de manera especial, a los hermanos y hermanas que nos han iluminado con sus ponencias y reflexiones en estos di?as. Terminamos nuestro encuentro, urgidos/as a salir con Mari?a de la Visitacio?n, porque llevamos en nosotros/as la presencia de Jesu?s Resucitado que queremos compartir con alegri?a a nuestros hermanos y hermanas. Y por ello aclamamos a Jesu?s para que sea E?l mismo el que acompan?e nuestro caminar de disci?pulos. Padre Hurtado, 13 de abril de 2016 An?o de la Misericordia

MENSAJE XLVIII ASAMBLEA NACIONAL CONFERRE

Padre Hurtado 11-13 abril 2016

“Salgamos aprisa al encuentro de la vida” (Plan Global de la CLAR para el trienio 2015-2018)

El An?o de la Misericordia y el nuevo plan Global de la CLAR para el trienio 2015-2018, iluminado por el Icono Bi?blico de la Visitacio?n, han enmarcado el desarrollado la XLVIII Asamblea Nacional de CONFERRE, realizada en el centro de Espiritualidad Loyola de la Comuna de Padre Hurtado. Las Superioras y Superiores Mayores, Coordinadoras Zonales, Junta Directiva y Coordinadoras/es de Departamentos, hemos hecho un discernimiento, pregunta?ndole al Espi?ritu do?nde esta? soplando los grandes desafi?os pastorales que implican hacer nuestro el lema “salgamos aprisa al encuentro de la vida”, asi? como Mari?a fue de prisa al encuentro de su prima Isabel.

En un primer momento, hemos sido invitados/as a la escucha, el anuncio y el servicio en clave de compasio?n. Resuena en nosotros/as el llamado de convertirnos a la misericordia, un don que tenemos que pedir al Sen?or y una decisio?n que tenemos que tomar, haciendo de ella un estilo de vida que nos lleve a la reconstruccio?n de relaciones ma?s humanas y evange?licas, llegando a impregnar hasta las estructuras de gobierno de nuestros Institutos y Congregaciones. Siendo asi? signos de la misericordia para la sociedad.

La experiencia vivida en el An?o de la Vida Consagrada nos ha invitado a volver a lo propio, a redescubrir nuestra identidad como Vida Religiosa. Esperamos que en todos/as nosotros/as haya renacido la esperanza, la pasio?n, la frescura del primer si?, el deseo de una vida ma?s radical, porque nuestras rai?ces se hunden en el Sen?or. Ahora, a trave?s del icono de la Visitacio?n, la prisa de Mari?a y la alegri?a de Isabel nos interpelan. Dios, a trave?s de ellas, nos empuja a levantarnos, a salir y vivir la profeci?a del encuentro, porque el amor nos urge.

Mari?a, imagen de mujer creyente, se vuelve para nosotros/as impulso para ser testigos de nuestro u?nico Salvador. Nos pide que demos testimonio de hombres y mujeres creyentes en Jesu?s, dejando de lado nuestras dudas y proclamando que en nuestra Vida Consagrada Dios ha irrumpido; que somos una vida visitada, salvada y en fiesta; pren?ada, portadora del Resucitado que esta? obrando en nosotros/as y en todos los hermanos y hermanas. Una vida Consagrada servidora y alegre, que no busca protagonismos, que se reconoce en su tarea de precursora del Sen?or. Es e?sta una invitacio?n a buscar el sentido hondo del ser, no desde lo u?til que tiene la persona, sino desde su verdadera dignidad de hijo e hija de Dios.

El encuentro intergeneracional, reflejado en Mari?a e Isabel, ambas portadoras de vida y de buena noticia, nos instan a un dia?logo con las nuevas generaciones de religiosos/as, acogiendo, reconociendo y acompan?ando sus inquietudes y aportes, estando abiertos/as a salir de nuestras zonas de confort.

En un sistema que proclama que la salvacio?n esta? en el poder, la riqueza, el monopolio del saber, hay situaciones que claman. La realidad nos interpela y es clave para nosotros/as: la trata de personas, el conflicto en la Araucani?a, las relaciones deshumanizadas, la situacio?n de los migrantes, los jo?venes vulnerables, las situaciones de tra?fico de drogas, la violencia, deben marcar nuestro ritmo de respuesta, aunque a veces experimentemos cierta impotencia y desconcierto.

Salimos desafiados/as, de esta Asamblea Nacional, a promover la cultura del encuentro desde la Palabra del Evangelio, que es experiencia y acontecimiento, en clave de Misericordia. Y a vivir la Intercongregacionalidad en la comunio?n misionera donde la vida clama como la Araucani?a, Trata de Personas, Migrantes. Queremos, como Mari?a en su Magnificat, reflejar asi? nuestra conviccio?n que la salvacio?n viene de Dios y ya esta? obrando, que su accio?n esta? oculta en los pobres, pero es eficaz y causa alegri?a.

Durante estos di?as hemos reconocido la generosidad del Sen?or reflejada de manera patente en la oportunidad de vivir la misio?n en Copiapo?, de ir donde la vida estaba y sigue clamando y de tener como regalo la riqueza del trabajo y convivencia intercongregacional, por eso hemos decidido continuar con la misio?n en Copiapo? en una segunda etapa de acuerdo a la propuesta de la Zonal. Y tambie?n, siendo Chile un pai?s que a menudo es golpeado por los embates de la naturaleza y que nuestros hermanos no pueden esperar, hemos acogido la mocio?n de formar un equipo de hermanos y hermanas que pueda estar disponibles en situaciones de emergencia.

Antes de concluir queremos agradecer a todo el equipo organizador que ha facilitado el desarrollo de la Asamblea y, de manera especial, a los hermanos y hermanas que nos han iluminado con sus ponencias y reflexiones en estos di?as.

Terminamos nuestro encuentro, urgidos/as a salir con Mari?a de la Visitacio?n, porque llevamos en nosotros/as la presencia de Jesu?s Resucitado que queremos compartir con alegri?a a nuestros hermanos y hermanas. Y por ello aclamamos a Jesu?s para que sea E?l mismo el que acompan?e nuestro caminar de disci?pulos.

Padre Hurtado, 13 de abril de 2016 An?o de la Misericordia