Por tercera vez en América Latina, la red Iglesias y Minería, reunió a religiosos, agentes de pastoral, movimientos sociales y líderes de comunidades afectadas por los grandes proyectos mineros en el continente. El encuentro se realizó en Bogotá, del 2 al 6 de setiembre. En esta oportunidad, alrededor de 50 dirigentes provenientes de 12 países, escucharon los testimonios de las comunidades afectadas por la minería; reflexionaron y analizaron sobre las causas y consecuencias de los conflictos mineros en América Latina y definieron estrategias para el cuidado y defensa de la Casa Común.
En este encuentro participó César Correa, Coordinador de la Oficina de Justicia, Paz e Integridad de la Creación de los padres Columbanos en Chile. En esta ocasión hubo reuniones con los responsables del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) y del Consejo Latinoamericano de Iglesias (CLAI).
Documento final
La Red Iglesias y Minería expresó su preocupación por la creciente criminalización y los asesinatos a los defensores de los territorios y de la naturaleza, como consecuencia de los proyectos extractivos. Así se expresó en el pronunciamiento final del III Encuentro de la REDIM, realizado en Bogotá, Colombia, del 2 al 6 de setiembre y que reunió a 50 líderes religiosos de diversos países del mundo.
En el encuentro se exigió justicia en el caso del asesinato a la líder indígena y ambiental hondureña Berta Cáceres, y a través de ella pidieron «por un mundo más justo para las mujeres, actores protagónicos en defensa de la vida y primeras víctimas del extractivismo».
Para los líderes religiosos, la «mega minería no resuelve los problemas económicos de nuestros países, al contrario tiene efectos nocivos para las personas, las comunidades y la naturaleza».
Por otro lado, afirman «Somos conscientes que defender la Creación, en un sistema depredador cuyo fin máximo es el lucro y el dinero, es una acción que implica riesgo y peligro de muerte, pero nos anima el evangelio de Jesús, la encíclica «Laudato Si» y el espíritu de lucha de muchas comunidades afectadas por la minería y otras actividades extractivas».
En su comunicado, exhortan a las autoridades elegidas por la voluntad popular a apoyar las iniciativas en defensa de la vida». Y hacen un llamado a las Iglesias «a asumir un compromiso activo en defensa de la Casa Común por ser este un elemento constitutivo del ser cristiano. Alertamos a las organizaciones de la sociedad civil y a nuestra jerarquía eclesial sobre los mecanismos de cooptación que llevan a cabo las empresas y algunos gobiernos. Nos esperanzamos en la actitud de muchos Obispos, sacerdotes, pastores y laicos que escuchan los clamores de las víctimas en sus territorios y celebramos su compromiso con la vida».
Frente al proceso de Paz que vive Colombia, los miembros de la Red Iglesias y Minería saludan los esfuerzos por alcanzar la paz y poner fin definitivamente al largo período de guerra interna que sufrieron. «La paz es el camino para seguir construyendo una Colombia más justa, equitativa y en armonía con la madre naturaleza».
Finalmente, desde su espíritu ecuménico, reafirman su compromiso de «seguir apoyando a las pequeñas comunidades que son desplazadas y atropelladas en sus derechos más elementales. La experiencia -afirman-, nos demuestra que en ninguna parte del mundo la minería es una alternativa de desarrollo ni integral ni sostenible para nuestros pueblos».
La red Iglesias y Minería, es un espacio ecuménico, conformado por comunidades cristianas de América Latina, equipos pastorales, congregaciones religiosas, grupos de reflexión teológica, laicos, obispos y pastores que buscan responder a los desafíos de los impactos y violaciones de los derechos socio-ambientales provocados por las actividades mineras en los territorios.