Durante estos días en la Casa Bobbio de los padres Columbanos se realiza un encuentro de reflexión entorno a la experiencia misionera, que han vivido durante dos años, los seminaristas columbanos. Particiapn de esta instancia los dos seminaristas que han vivido su experiencia misionera en Chile, Dong y Martin, además de Salustino Villalobos y Henry Serván (de la región de Perú) que vivieron su experiencia misionera (FMA) en Taiwán.
Este curso es impartido de forma conjunta por los centros misioneros San Columbano y Centro Misionero Maryknoll, como parte del histórico trabajo en conjunto que se realiza desde hace décadas. Acompañan este encuentro la Coordinadora del Centro Misionero San Columbano, Adriana Curaqueo; el Director del Centro Misionero Maryknoll en América Latina, padre Alejandro Marina; el padre Chris Saez y el padre Pablo Massón.
Para conocer el sentido del curso que se realiza estos días conversamos con el Director del Centro Misionero Maryknoll en América Latina, padre Alejandro Marina, quien detalla algunos aspectos relevantes de este momento de encuentro y comunión.
Señala el padre Alejandro, que “el eje principal de este encuentro es el sacerdocio misionero. Hoy hablamos de una iglesia misionera, de una apertura a la misión de todos los bautizados y bautizadas como misioneros, la pregunta para estos jóvenes que se están preparando para el sacerdocio es ¿qué tienen para aportar como sacerdotes? ¿es sólo lo sacramental? ¿Es sólo el liderazgo parroquial? Percibimos que en ellos que hay algo propio que pueden aportar a la misión y no es solo lo que estamos acostumbrados a ver como jefe de un equipo pastoral”.
Lo que se vive estos días es importante para la formación de los seminaristas y para quienes guían el curso, “esta es una instancia que enriquece la experiencia de quienes están en formación y que también nos enriquece como centro, porque siempre está la pregunta ¿Qué es lo que tenemos para aportare en este tiempo? Es invitar a tomar conciencia de la posibilidad de un nuevo modo de vivir la misión”.
Una larga historia de trabajo en comunión
El trabajo en comunión entre Columbanos y Maryknoll es de larga data. Ambas sociedades Misioneras han nacido casi en la misma época.
Desde hace años se ha trabajado y acompañado en diferentes lugares de misión. Es así como se ha gestado una comunión en los distintos lugares como Asia y América Latina. En el caso nuestro (Perú, Bolivia y Chile) ha nacido a raíz del Programa de Formación Misionera Internacional, del cual participaron algunos de Perú y Chile, así además fue naciendo la idea de fortalecer esta alianza y desde hace 4 años hay una colaboración mutua viniendo a realizar cursos a seminaristas o viajando a Bolivia a aportar en los diferentes cursos del Centro Misionero Maryknoll.
Hay una convicción que esta de fondo que el futuro de estos espacios formativos y de las Sociedades Misioneras está en las Alianzas. Estamos en un momento en que tenemos mucho potencial, pero en personal, especialmente consagrado aumenta en edad y disminuye en cantidad. Hay dos convicciones, la alianza asegura el futuro de estas sociedades y apuesta a la formación de laicos y laicas. Ahí está nuestro aporte y nuestro futuro.