Saludo de Navidad del Padre Miguel Hoban

Queridos Hermanos y Hermanas:

El Evangelio de San Lucas nos cuenta que María y José no encontraron espacio en la posada y por eso Jesús nació en un establo (Lucas 2,7).  Con tantas actividades al final del año, nosotros podemos caer en la trampa de no encontrar espacio para el Señor en nuestras vidas.  La celebración de la Navidad nos ofrece una gran oportunidad para crear un espacio para Dios en nuestras vidas.   En la Nochebuena, colocamos el niño Jesús en los pesebres de nuestras casas y en ese momento podemos detenernos y dejarnos asombrar por el hecho que Dios se hizo hombre y nació pobre entre los pobres.   Así descubrimos que nuestro Dios nos abraza a nosotros y a toda la humanidad y que Jesús es Emmanuel (“Dios con nosotros”).   Es la oportunidad de dar gracias por todo lo que somos y todo lo que tenemos.  La celebración de la Navidad tiene la capacidad de inspirar en nosotros sentimientos de profundo agradecimiento.

Para nosotros los Columbanos, el año 2018 fue un año de profundo agradecimiento porque celebramos el Centenario de la Sociedad Misionera de San Columbano.  Lo que parecía ser un sueño imposible se hizo realidad.  Se fundó un movimiento misionero en uno de los países más pobres de Europa en medio de una guerra de independencia y más tarde una guerra civil. ¡100 años después la Sociedad Misionero de San Columbano está presente en 17 países!  Solamente, nos corresponde dar gracias.   Como María, podemos decir, “porque el Poderoso ha hecho grandes cosas por mí” Lucas 1,49)

En el nombre de todos los Columbanos que misionamos en Chile, yo quisiera agradecer a todos quienes nos ayudaron a celebrar los 100 años.  Los Columbanos hemos trabajado en Chile por 66 años en 8 diócesis del país.   Durante todos estos años hemos sido acompañados por tantos feligreses que colaboraron con nosotros en el trabajo pastoral misionero.  Por ellos, también queremos dar gracias.   Yo quisiera agradecer especialmente a todas las personas que nos apoyaron para celebrar el Centenario en distintas parroquias y en la Catedral Metropolitana:  el Cardenal Ricardo Ezzati, Monseñor Juan de la Cruz Suarez, hermanos y hermanas consagrados (sacerdotes, diáconos y religiosas), los trabajadores de nuestros Centro Misionero y Casa Central, los feligreses de tantas parroquias donde trabajamos y hemos trabajado, JUCOMI, Los Amigos de San Columbano y tantos otros.

Ahora, les invito a seguir trabajando para que nuestra Iglesia Chilena sea una iglesia misionera que anuncia a todo el mundo que Dios se encarnó y se entregó para la salvación de todos.   Que la celebración de esta Navidad llene sus corazones con el agradecimiento de ser los hijos e hijas predilectos del Padre en Jesús y con María.

 

Padre Miguel Hoban ssc

Director Regional

Saludo de Navidad 2018