I. ¿Cómo un Columbano vive la experiencia misionera?

La experiencia misionera de Gonzalo Bórquez en Corea La mejor forma de saber qué es y cómo se vive la experiencia de un sacerdote misionero columbano es conocer de primera fuente las motivaciones y necesidades que llevaron a cada uno de los son parte de esta Sociedad misionera a entrar en ella, tras un profundo período de formación.
Es el caso de Gonzalo, quien desde Corea nos contó cómo ha vivido esta experiencia.
¿Qué te motivo a ser sacerdote misionero?
"Desde que este deseo de ser sacerdote apareció en mi corazón también al mismo tiempo estaba la premisa: si es que voy a ser sacerdote es para ir a otros pueblos. Nunca pensé en ser un sacerdote para quedarme en mi tierra. Fue así que durante un tiempo estuve mirando películas que se relacionaban con la vida sacerdotal y en ese entonces Juan Pablo II era el Papa. Viendo su vida y todo lo que hacía saliendo del Vaticano, yendo al encuentro del hermano, cruzando fronteras me inspiro y reafirmo este deseo".
¿Por qué decidiste ser sacerdote Columbano y no pertenecer a una diócesis por ejemplo? "Bueno como antes mencione siempre quise ser un sacerdote que fuera dedicado a la misión y nunca me vi como sacerdote en mi pueblo. Entonces el lugar lógico para comenzar este camino era en una congregación Misionera, pero los caminos de Dios son misteriosos. Toqué muchas puertas algunas no respondieron, otras simplemente sin mayor conocimiento de mi persona me dijeron que no, que para su congregación no servía y fue así que buscando y tocando puerta llegue a conocer la Sociedad Misionera de San Columbano.
Como anécdota mi primer contacto fue vía email y recuerdo haber hecho una oración antes de enviar el email. Estaba cansado de que no me respondieran, entonces dije en oración: Señor si tu quieres esto para mi ellos me van a responder, si es que no, es porque en realidad esto no es lo mío y lo acepto como tu palabra. Al día siguiente llego después del trabajo y ahí estaba la respuesta del Padre Patricio Dore invitándome a la jornada vocacional que iniciaba el viernes de esa misma semana. Me emocioné y dije bueno Señor acá está tu respuesta ahora me toca a mi responderte a ti. Comencé mi discernimiento, y bueno en pocas palabras fue así como me enamore del Carisma Columbano y quise pertenecer a esta Sociedad de Vida Apostólica". ¿Qué mensaje entregarías a la Comunidad Columbana?
"Bueno primero que nada, un profundo agradecer a cada Benefactor, a cada persona que reza por nosotros, a cada persona que nos acompaña domingo a domingo en las misas. Agradecer a cada trabajador que se esmera para que podamos disfrutar en nuestros encuentros de los días lunes que recuerdo siempre y que revivo cada vez que viajo a Seúl y me junto con los Columbanos. Agradecer a todos quienes trabajan silenciosamente arreglando documentos en las oficinas, y que nos hacen la vida mucho más fácil y llevadera. Finalmente agradecer a cada Columbano por sus vidas, sus experiencias, sus consejos y tirones de orejas que tanto bien me hicieron. Por su amistad y preocupación, por su dedicación y entrega generosa en los diferentes apostolados. Por supuesto agradecer a Dios quien hizo posible a los Columbanos y quien me trajo hasta ustedes para compartir mi vida entre ustedes.
Desde Corea les mandó un cariñoso saludo y quisiera decirles que estamos más vivos que nunca. Que aún hay mucho por hacer y que cada uno es necesario para seguir construyendo el Reino de Dios. Que se muestra en las personas, en sus alegrías y en sus sufrimientos; que aún la misión vale la pena y que vale la pena seguir formando misioneros que vayamos a atestiguar y a contemplar a ese Dios que esta presenté en las personas, costumbres y culturas. Para mí es un Honor estar entre ustedes".
¿Qué es lo que más destacarías de tu formación?
"Lo que más destaco de mi formación hasta este momento es mi año espiritual. También el año de inglés en Chicago y mi FMA que es la primera asignación Misionera. Estos han sido, creo yo, los mejores años de mi vida y es en donde me he sentido realizado como persona y más feliz. Cabe destacar que todos estos periodos han sido fuera de Chile."

La experiencia misionera de Gonzalo Bórquez en Corea

La mejor forma de saber qué es y cómo se vive la experiencia de un sacerdote misionero columbano es conocer de primera fuente las motivaciones y necesidades que llevaron a cada uno de los son parte de esta Sociedad misionera a entrar en ella, tras un profundo período de formación.

Es el caso de Gonzalo, quien desde Corea nos contó cómo ha vivido esta experiencia.
¿Qué te motivo a ser sacerdote misionero?
«Desde que este deseo de ser sacerdote apareció en mi corazón también al mismo tiempo estaba la premisa: si es que voy a ser sacerdote es para ir a otros pueblos. Nunca pensé en ser un sacerdote para quedarme en mi tierra. Fue así que durante un tiempo estuve mirando películas que se relacionaban con la vida sacerdotal y en ese entonces Juan Pablo II era el Papa. Viendo su vida y todo lo que hacía saliendo del Vaticano, yendo al encuentro del hermano, cruzando fronteras me inspiro y reafirmo este deseo».
¿Por qué decidiste ser sacerdote Columbano y no pertenecer a una diócesis por ejemplo?

«Bueno como antes mencione siempre quise ser un sacerdote que fuera dedicado a la misión y nunca me vi como sacerdote en mi pueblo. Entonces el lugar lógico para comenzar este camino era en una congregación Misionera, pero los caminos de Dios son misteriosos. Toqué muchas puertas algunas no respondieron, otras simplemente sin mayor conocimiento de mi persona me dijeron que no, que para su congregación no servía y fue así que buscando y tocando puerta llegue a conocer la Sociedad Misionera de San Columbano.
Como anécdota mi primer contacto fue vía email y recuerdo haber hecho una oración antes de enviar el email. Estaba cansado de que no me respondieran, entonces dije en oración: Señor si tu quieres esto para mi ellos me van a responder, si es que no, es porque en realidad esto no es lo mío y lo acepto como tu palabra. Al día siguiente llego después del trabajo y ahí estaba la respuesta del Padre Patricio Dore invitándome a la jornada vocacional que iniciaba el viernes de esa misma semana. Me emocioné y dije bueno Señor acá está tu respuesta ahora me toca a mi responderte a ti. Comencé mi discernimiento, y bueno en pocas palabras fue así como me enamore del Carisma Columbano y quise pertenecer a esta Sociedad de Vida Apostólica».

¿Qué mensaje entregarías a la Comunidad Columbana?
«Bueno primero que nada, un profundo agradecer a cada Benefactor, a cada persona que reza por nosotros, a cada persona que nos acompaña domingo a domingo en las misas. Agradecer a cada trabajador que se esmera para que podamos disfrutar en nuestros encuentros de los días lunes que recuerdo siempre y que revivo cada vez que viajo a Seúl y me junto con los Columbanos. Agradecer a todos quienes trabajan silenciosamente arreglando documentos en las oficinas, y que nos hacen la vida mucho más fácil y llevadera. Finalmente agradecer a cada Columbano por sus vidas, sus experiencias, sus consejos y tirones de orejas que tanto bien me hicieron. Por su amistad y preocupación, por su dedicación y entrega generosa en los diferentes apostolados. Por supuesto agradecer a Dios quien hizo posible a los Columbanos y quien me trajo hasta ustedes para compartir mi vida entre ustedes.
Desde Corea les mandó un cariñoso saludo y quisiera decirles que estamos más vivos que nunca. Que aún hay mucho por hacer y que cada uno es necesario para seguir construyendo el Reino de Dios. Que se muestra en las personas, en sus alegrías y en sus sufrimientos; que aún la misión vale la pena y que vale la pena seguir formando misioneros que vayamos a atestiguar y a contemplar a ese Dios que esta presenté en las personas, costumbres y culturas. Para mí es un Honor estar entre ustedes».
¿Qué es lo que más destacarías de tu formación?
«Lo que más destaco de mi formación hasta este momento es mi año espiritual. También el año de inglés en Chicago y mi FMA que es la primera asignación Misionera. Estos han sido, creo yo, los mejores años de mi vida y es en donde me he sentido realizado como persona y más feliz. Cabe destacar que todos estos periodos han sido fuera de Chile.»