Valparaíso, su historia, su gente… los tesoros vivos de la ciudad están viviendo una tragedia.

La tarde de este sábado 12 de abril se inició un incendio forestal en la parte alta de la ciudad puerto de Valparaíso. Las condiciones climáticas de alta temperatura, baja humedad y fuerte viento fue una combinación que hizo que el fuego se propagará rápidamente hacia sectores poblados. La propagación del fuego fue rápida al punto que muchas familias no lograron sacar ropa, muchos menos algún enser, quedando en la total incertidumbre ya que debieron dejar todo lo que habían construido y lo más importante sus historias de vida. Los sectores afectados son de personas muy vulnerables económicamente, quienes a lo largo de los años y gracias al esfuerzo de su trabajo lograron implementar su hogar. En la parte alta de Valparaíso es muy común que muchos familiares vivan en el mismo terreno o en casas muy cercanas (hijos, hermanos y tíos, viven en la misma calle), ya que mantienen sus fuertes lazos con sus familias y con los barrios que los vieron crecer. Por ello el drama del incendio no sólo afecta a un núcleo familiar sino que diferentes personas que se han criado juntas y compartido sus vidas. El incendio que continuo toda la noche deja hasta ahora 1200 casas consumidas por el fuego. 16 personas fallecidas, quienes no pudieron arrancar de sus hogares por el rápido avance de las llamas. Más de 500 personas lesionadas que han sido atendidas en los centros de salud de la ciudad. Cuerpos de bomberos provenientes de otras ciudades han tenido que apoyar la labor de los voluntarios bomberiles de Valparaíso. Más de 20 aviones y helicópteros están trabajando para sofocar las llamas. El gobierno dispuso que las Fuerzas Armadas resguarden el orden público y apoyen a los brigadistas para contener el avance del fuego. Valparaíso, su historia, su gente… los tesoros vivos de la ciudad están viviendo una tragedia. La iglesia diocesana se ha organizado para ir en ayuda de los miles de damnificados. Se han dispuesto iglesias como albergues y lugares de acopio de ayuda. Se está acompañando a las personas que lo han perdido todo. Se requiere hoy elementos de primera necesidad para las más de 5 mil personas damnificadas: útiles de aseo, frazadas, alimentos no perecibles.   P. Álvaro Martínez  

La tarde de este sábado 12 de abril se inició un incendio forestal en la parte alta de la ciudad puerto de Valparaíso. Las condiciones climáticas de alta temperatura, baja humedad y fuerte viento fue una combinación que hizo que el fuego se propagará rápidamente hacia sectores poblados.

La propagación del fuego fue rápida al punto que muchas familias no lograron sacar ropa, muchos menos algún enser, quedando en la total incertidumbre ya que debieron dejar todo lo que habían construido y lo más importante sus historias de vida. Los sectores afectados son de personas muy vulnerables económicamente, quienes a lo largo de los años y gracias al esfuerzo de su trabajo lograron implementar su hogar. En la parte alta de Valparaíso es muy común que muchos familiares vivan en el mismo terreno o en casas muy cercanas (hijos, hermanos y tíos, viven en la misma calle), ya que mantienen sus fuertes lazos con sus familias y con los barrios que los vieron crecer. Por ello el drama del incendio no sólo afecta a un núcleo familiar sino que diferentes personas que se han criado juntas y compartido sus vidas.

El incendio que continuo toda la noche deja hasta ahora 1200 casas consumidas por el fuego. 16 personas fallecidas, quienes no pudieron arrancar de sus hogares por el rápido avance de las llamas. Más de 500 personas lesionadas que han sido atendidas en los centros de salud de la ciudad. Cuerpos de bomberos provenientes de otras ciudades han tenido que apoyar la labor de los voluntarios bomberiles de Valparaíso. Más de 20 aviones y helicópteros están trabajando para sofocar las llamas. El gobierno dispuso que las Fuerzas Armadas resguarden el orden público y apoyen a los brigadistas para contener el avance del fuego.

Valparaíso, su historia, su gente… los tesoros vivos de la ciudad están viviendo una tragedia.

La iglesia diocesana se ha organizado para ir en ayuda de los miles de damnificados. Se han dispuesto iglesias como albergues y lugares de acopio de ayuda. Se está acompañando a las personas que lo han perdido todo.

Se requiere hoy elementos de primera necesidad para las más de 5 mil personas damnificadas: útiles de aseo, frazadas, alimentos no perecibles.

 

P. Álvaro Martínez