Oración para el año que termina y el que empieza
Señor, dueño del tiempo y de la eternidad, tuyo es el hoy y el mañana,
el pasado y el futuro.
Al terminar este año queremos darte gracias
por todo aquello que recibimos de Ti.
Gracias por los días de sol y los nublados
por las tardes tranquilas y las noches oscuras.
Gracias por la vida y el amor, por las flores, el aire y el sol,
Por las alegrías y tristezas,
por cuanto fue posible y por lo que no resultó.
Gracias Señor por la sonrisa amable y por la mano amiga,
por todos los niños, niñas, abuelos y abuelas que sostienen nuestro caminar.
Gracias por todos y todas las que nos acercaron a Ti durante éste año.
Te ofrecemos cuanto hicimos en este año, por mejorar la vida de otros y otras
la palabra anunciada y vivida en el compartir de nuestras familias y comunidades.
El trabajo que realizamos cada día y que llevó el sustento a nuestras familias.
Nuestros logros y fracasos, nuestros sueños y esperanzas.
Te presentamos a las personas que a lo largo de estos meses encontramos,
conocimos y amamos, a las amistades nuevas y los antiguos amores,
a los más cercanos a nosotros y los que estén más lejos.
A quienes nos tendieron su mano y a quienes pudimos acompañar y estar a su lado,
a todos y todas con quienes compartimos la vida, el trabajo, el dolor y la alegría.
Pero también, Señor, hoy queremos pedirte perdón.
Perdón por el tiempo perdido, por el dinero mal gastado,
por la palabra inútil y el amor desperdiciado.
Perdón por las obras vacías de amor y por el trabajo mal hecho,
y perdón por haber vivido en algunos momentos sin entusiasmo.
Por todos nuestros olvidos, omisiones, descuidos y silencios, perdón, Señor.
Ponemos en tus manos el nuevo año que comienza,
Concédenos:
FE: para descubrirte presente en todo lo que vivimos.
ESPERANZA: para no desfallecer en los momentos difíciles.
AMOR: para que éste mundo sea un lugar habitable para todos y todas
Te pedimos también, Señor, que seamos felices,
Cuidando de la tierra, que nos sustenta y cobija.
Perdonando, para desterrar los odios y establecer la paz.
Promoviendo la Justicia, sin ella no hay humanidad.
Derrama Señor tu gracia sobre todos los seres vivos, y concede tu paz a la creación entera.
Que así sea . Amén
BENDICIÓN PARA EL NUEVO AÑO
Que tu mirada gane en hondura y detalle para que puedas ver más claramente
tu propio viaje con toda la humanidad como un viaje de paz, unidad y esperanza.
Que seas consciente de todos los lugares
por los que caminas y vas a caminar en el nuevo año,
y que conozcas , por experiencia, qué bellos son los pies
del mensajero que anuncia la paz y la buena noticia.
Que no tengas miedo a las preguntas
que oprimen tu corazón y tu mente;
que las acojas serenamente y aprendas a vivir con ellas
hasta el día en que todo se remanifieste y sepa.
Que des la bienvenida con una sonrisa
a todos los que estrechan tu mano:
las manos extendidas forman redes de solidaridad
que alegran y enriquecen con su presencia protectora.
Que sea tuyo el regalo de todas las cosas creadas;
que sepas disfrutarlas a todas las horas del día;
y que te enfrentes, con valentía y entusiasmo,
a la responsabilidad de cuidar la tierra entera.
Que el manantial de la ternura y la compasión
mane sin parar dentro de ti, noche y día,
hasta que puedas probar los gozos y las lágrimas
de quienes caminan junto a ti, tus hermanos.
Que despiertes cada mañana sereno y con brío,
con la acción de gracias en tus labios y en tu corazón,
y que tus palabras y tus hechos, pequeños o grandes,
proclamen que todo es gracia, que todo es don.
Que tu espíritu esté abierto y alerta
para descubrir el querer de Dios en todo momento;
y que tu oración sea encuentro de vida, de sabiduría
y de entendimiento de los caminos de Dios para ti.
Que tu vida este año, cual levadura evangélica,
se mezcle sin miedo con la masa
y haga fermentar la Iglesia y el mundo en que vivimos,
para que sean realmente nuevos y tiernos.
Y que la bendición del Dios que sale a tu encuentro,
que es tu roca, tu refugio, tu fuerza, tu consuelo
y tu apoyo en todo momento, lo invoques o no,
descienda sobre ti y te guarde de todo mal.
Florentino Ulibarri