El Papa Francisco hoy ha lanzado oficialmente su tan esperada encíclica, sobre el cuidado de la casa común. Desde la Coalición Ecuménica por el Cuidado de la Creación, un grupo de personas y organizaciones de fe que llevamos años trabajando sobre estos temas, la recibimos con esperanza y alegría, y en este contexto declaramos lo siguiente:
- Celebramos y agradecemos al Papa Francisco por su compromiso con el cuidado de la creación desde una opción preferencial por las y los más pobres, junto al reconocimiento del valor intrínseco de todos los seres que habitan esta hermana y madre tierra y su interdependencia, incluyendo al ser humano.
- Creemos que la Encíclica esta escrita desde el sur global y nos sentimos identificados e identificadas por el lenguaje utilizado por el Papa, que da cuenta de las luchas, sufrimientos y búsquedas de nuestras comunidades afectadas por la explotación de la tierra y el descarte de los más débiles.
- Compartimos los planteamientos críticos y proféticos que en ella se hacen al sistema económico, las empresas multinacionales, los gobiernos y las formas de poder que derivan de la tecnología, que se sitúan como señores, patrones y dominadores de la tierra. Nos llama a pensar que: el mercado por sí mismo no garantiza el desarrollo humano integral y la inclusión social.(N109)
- Valoramos el énfasis en asumir la tierra como don y no propiedad ni recurso, y el clima como bien común. En la realidad chilena nos resuena este llamado, ya que nuestros bienes comunes han sido apropiados y privatizados en su gran mayoría. Por ello creemos que éste es una interpelación directa al gobierno de nuestro país a cambiar los marcos legales que posibilitan la apropiación de estos bienes comunes, en especial del agua: el acceso al agua potable y segura es un derecho humano básico, fundamental y universal (N30)
- Esta Encíclica nos llama a todos y todas, no solo a los cristianos, a la conciencia de comunión universal, a un cambio de paradigma, a una conversión ecológica, que rompa con la cultura del descarte y del consumismo, abriéndonos a la cultura de una nueva civilización que se basa en tres relaciones fundamentales estrechamente conectadas: la relación con Dios, con el prójimo y con la tierra. (N66)
Asumimos como nuestra la afirmación: el desafío urgente de proteger nuestra casa común incluye la preocupación de unir a toda la familia humana en la búsqueda de un desarrollo sostenible e integral, pues sabemos que las cosas pueden cambiar.(N13) Por ello, queremos reiterar el llamado hecho con antelación a las autoridades eclesiásticas y políticas para que se pronuncien frente a los desafíos que nos presenta esta Encíclica, en especial a ser difundida y debatida en las comunidades de fe, y a ser considerada en aquellos espacios de decisión sobre la postura de Chile hacia la COP21 en París.
Coalición Ecuménica por el Cuidado de la Creación
Santiago de Chile, 18 de Junio 2015