Saludo de Pascua de Resurreción del padre Álvaro Martínez Ibáñez ssc

SALUDO DE PASCUA Este tiempo bendito de Pascua, que comienza con la hermosa vigilia, donde la noche se hace día para esperar la resurrección, quisiera saludarlos a todos e invitarlos a vivir la resurrección desde sus comunidades y juntos sigamos siendo testimonio del amor de Dios por su creación. Hace algunos días escuchaba la frase: en los tiempos modernos el prójimo ha muerto, porque todo lo hemos resuelto con una economía de la transacción. Es esta forma de vida la que ha matado al prójimo, es esta manera de ver al ser humano la que permitió vender a Jesús por 30 monedas de plata. En cambio, la resurrección de Jesucristo nos propone un camino nuevo, un camino donde el prójimo tiene rostro y vuelve a la vida. La pascua de Jesús nos propone volver a vivir a la manera de Dios, donde el prójimo tiene oportunidad de ser completamente persona, sin depender de la situación económica o si tiene esas treinta monedas de plata para poder comprar reconocimiento y falsa vida. Es por esto que, en esta Pascua de Jesús, les propongo un camino sin seguridad de logros de acuerdo al mundo, pero con la certeza que Dios peregrina con cada uno y con todos en un caminar santo y lleno de vida. Es un camino para refrescarnos los pies los unos a los otros, donde el otro que camina cansado y agobiado encuentra en nosotros, testimonios de bienvenida, acogida y que saliendo del encuentro personal puedan peregrinar por el mundo con un nuevo ardor en su vida diaria. Es un peregrinar por el sentido de pertenencia y servicio, que nos obliga a que el poder salga del templo para conocer las plazas y los malls, lo areópagos del mundo de hoy, que en el encuentro o mejor dicho re-encuentro se pueda dar sentido y razón de nuestra fe. Esta FE que no vive detrás del portón, sino en el portal con la fragilidad de la fraternidad dada en belén. La fragilidad que se hizo revolución de la ternura, pan partido y vino compartido; sin esto estamos condenados, porque seguiremos a paso firme para no contaminarnos; muy distinto al camino del resucitado, que se hace empático, poniendo sus propios bienes para el cuidado de las heridas de su hermano maltratado por unos malhechores. Es en el Resucitado donde reside la verdad que nos hace libres, esa verdad que todos ansiamos, es una verdad que con su presencia acalla el silencio estruendoso y el silencio cómplice, gritos pasivos o activos, pero siempre gritos cómplices. Cuando se acallen las metrallas del silencio podremos escuchar el susurro de la Verdad que clama resucitar al prójimo, para que así la resurrección de Cristo sea la resurrección del mundo. Una Resurrección que hace que las lanzas de la indiferencia, sean transformadas por el fuego de la verdad y que el golpe del herrero que hace arados, se transformen en surcos donde las Semillas del Verbo puedan crecer, madurar y dar fruto en abundancia, y que esos frutos nos anuncien un nuevo re-comenzar como prójimos de un mismo Padre. Feliz Pascua P. Álvaro Martínez Ibañez, ssc Director Regional Sociedad Misionera de San Columbano

SALUDO DE PASCUA

Este tiempo bendito de Pascua, que comienza con la hermosa vigilia, donde la noche se hace día para esperar la resurrección, quisiera saludarlos a todos e invitarlos a vivir la resurrección desde sus comunidades y juntos sigamos siendo testimonio del amor de Dios por su creación.

Hace algunos días escuchaba la frase: en los tiempos modernos el prójimo ha muerto, porque todo lo hemos resuelto con una economía de la transacción. Es esta forma de vida la que ha matado al prójimo, es esta manera de ver al ser humano la que permitió vender a Jesús por 30 monedas de plata. En cambio, la resurrección de Jesucristo nos propone un camino nuevo, un camino donde el prójimo tiene rostro y vuelve a la vida.

La pascua de Jesús nos propone volver a vivir a la manera de Dios, donde el prójimo tiene oportunidad de ser completamente persona, sin depender de la situación económica o si tiene esas treinta monedas de plata para poder comprar reconocimiento y falsa vida.

Es por esto que, en esta Pascua de Jesús, les propongo un camino sin seguridad de logros de acuerdo al mundo, pero con la certeza que Dios peregrina con cada uno y con todos en un caminar santo y lleno de vida.

Es un camino para refrescarnos los pies los unos a los otros, donde el otro que camina cansado y agobiado encuentra en nosotros, testimonios de bienvenida, acogida y que saliendo del encuentro personal puedan peregrinar por el mundo con un nuevo ardor en su vida diaria.

Es un peregrinar por el sentido de pertenencia y servicio, que nos obliga a que el poder salga del templo para conocer las plazas y los malls, lo areópagos del mundo de hoy, que en el encuentro o mejor dicho re-encuentro se pueda dar sentido y razón de nuestra fe. Esta FE que no vive detrás del portón, sino en el portal con la fragilidad de la fraternidad dada en belén. La fragilidad que se hizo revolución de la ternura, pan partido y vino compartido; sin esto estamos condenados, porque seguiremos a paso firme para no contaminarnos; muy distinto al camino del resucitado, que se hace empático, poniendo sus propios bienes para el cuidado de las heridas de su hermano maltratado por unos malhechores.

Es en el Resucitado donde reside la verdad que nos hace libres, esa verdad que todos ansiamos, es una verdad que con su presencia acalla el silencio estruendoso y el silencio cómplice, gritos pasivos o activos, pero siempre gritos cómplices. Cuando se acallen las metrallas del silencio podremos escuchar el susurro de la Verdad que clama resucitar al prójimo, para que así la resurrección de Cristo sea la resurrección del mundo. Una Resurrección que hace que las lanzas de la indiferencia, sean transformadas por el fuego de la verdad y que el golpe del herrero que hace arados, se transformen en surcos donde las Semillas del Verbo puedan crecer, madurar y dar fruto en abundancia, y que esos frutos nos anuncien un nuevo re-comenzar como prójimos de un mismo Padre.

Feliz Pascua

P. Álvaro Martínez Ibañez, ssc

Director Regional

Sociedad Misionera de San Columbano