GIACOMO GALEAZZI
CIUDAD DEL VATICANO
Las lágrimas del cardenal filipino, las monjas nigerianas rezando con las manos hacia el cielo, los peregrinos hindúes arrodillados alrededor del obelisco con el rosario en el puño. Emociones y fragmentos de un día especial, sin precedentes en la historia. Por primera vez se dio una «horneada» de purpurados sin religiosos europeos.