Taller de mujeres en Parroquia Sagrado Corazón, Alto Hospicio

El día sábado 23 de marzo, nos reunimos en la capilla Nuestra Sra. del Carmen, en Alto Hospicio, 30 mujeres de todas las capillas de la parroquia Sagrado Corazón. El objetivo del taller era: Ofrecer un espacio confiable para conversar y compartir lo que significa para cada una ser mujer.

Iniciamos el taller con un rico desayuno preparado por los varones de las comunidades y la comunidad del Carmen quien nos acogió. Luego en el salón nos presentamos contando alguna vivencia significativa de nuestra vida como mujeres.

Durante el taller, tuvimos diversas dinámicas que nos ayudaron a compartir entre nosotras, cómo hemos aprendido a ser mujeres y a comenzar a deconstruir ciertos mitos y prejuicios que impiden nuestro desarrollo como mujeres. Todo en un clima de confianza, confidencialidad y también divirtiéndonos.

Concluimos con la Eucaristía, donde entre nosotras nos lavamos los pies, como signo de reconocimiento a nuestra dignidad y al aporte que queremos realizar en las comunidades.

 

Relato anónimo

Por cada mujer fuerte cansada de aparentar debilidad, hay un varón débil cansado de parecer fuerte.

— Por cada mujer cansada de tener que actuar como una tonta, hay un varón agobiado por tener que aparentar saberlo todo.

— Por cada mujer cansada de ser calificada como “emocional”, hay un varón a quien se le ha negado el derecho a llorar y a ser delicado.

— Por cada mujer catalogada como poco femenina cuando compite, hay un varón obligado a competir para que no se dude de su masculinidad.

— Por cada mujer cansada de ser un objeto sexual, hay un varón preocupado por su potencia sexual.

— Por cada mujer que se siente atada por sus hijos, hay un varón a quien le ha sido negado el placer de la paternidad.

— Por cada mujer que no ha tenido acceso a un trabajo o a un salario satisfactorio, hay un varón que debe asumir la responsabilidad económica de otro ser humano.

— Por cada mujer que desconoce los mecanismos del automóvil, hay un varón que no ha aprendido los secretos del arte de cocinar.

— Por cada mujer que da un paso hacia su propia liberación, hay un varón que redescubre el camino hacia la libertad.

 

La humanidad posee dos alas: una es la mujer y la otra el varón. Hasta que las dos alas no estén igualmente desarrolladas la humanidad no podrá volar, tampoco si una de las alas permanece débil, el vuelo será imposible. Realmente necesitamos una humanidad nueva; queremos que otro mundo sea posible, ¡queremos volar!.

Fuente: Centro Misionero San Columbano