Por segunda vez desde su fundación en 1955 acontece este hecho que fue celebrado por los superiores y superioras mayores reunidos desde el 28 al 30 de abril en la Asamblea Nacional 2014 de la conferencia de religiosos y religiosas de Chile, Conferre, en la Casa de Ejercicios Espirituales de Padre Hurtado.
El cargo lo asumió la hermana Marcela Saenz Escobar (33) chilena nacida en Buenos Aires, Argentina. Ella pertenece a la congregación Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús en la que profesó votos perpetuos en 2001. Esta licenciada en ciencias religiosas de la universidad católica ha realizado principalmente labores de formación y gobierno en su congregación. En sus primeros años vivió en la comuna de Cerro Navia sirviendo en el colegio parroquial San Francisco Javier. En Maipú trabajó en el área de formación de la parroquia Inmaculada Concepción.
La hermana Marcela en la actualidad es la cuarta vicepresidenta confederación caribeña y latinoamericana de religiosas y religiosos, Clar, por el trienio 2012 - 2015. Al momento de ser elegida era vocal de junta directiva de Conferre.
Consultada sobre este servicio la nueva presidenta dijo: Lo asumo con un anhelo y esperanza muy humilde. Quiero favorecer nuestro camino compartido; poder vivir como vida religiosa más del resucitado. Deseo y tengo la intención agregó de fortalecer un nosotros y nosotras por el camino y búsquedas compartidas. Se trata de un nosotros muy abierto que va más allá de nuestras comunidades, incluso de la Iglesia, sostuvo.
Junto con la hermana Marcela fueron elegidos como vicepresidente el padre Jorge Concha, de la orden de los franciscanos menores, y como vicepresidenta la hermana María Teresa Aedo de la congregación de Jesús.
En esta jornada también se reeligieron los cargos de vocales y la comisión mixta que junto a la secretaria ejecutiva y el ecónomo acompañaran a la hermana Marcela en su misión.
Los participantes a esta máxima instancia de la vida religiosa a nivel nacional compartieron el último bloque de los tres días de trabajo con el cardenal Ricardo Ezzati, presidente de la Conferencia Episcopal, quien entregó su saludo la nueva directiva y ofreció una charla que terminó con un diálogo entre los presentes antes de celebrar la eucaristía de clausura.
Mensaje final
El tema de esta asamblea fue Misión de la Vida Religiosa en el actual contexto eclesial. Al concluir, Superioras y Superiores Mayores, Coordinadoras Zonales, Junta Directiva y Coordinadoras/es de Departamentos dieron a conocer el Mensaje final de la Asamblea.
En el texto, "como expresión de comunión con la Iglesia que peregrina en Chile, hacemos nuestros los desafíos de las actuales Orientaciones Pastorales, poniendo énfasis en las prioridades propias de la Vida Consagrada". En efecto, los religiosos y religiosas manifiestan su anhelo y compromiso de ser:
- una Vida Consagrada que escucha y contempla
- una Vida Consagrada que anuncia y celebra
- una Vida Consagrada que sale en misión y sirve
- una Vida Consagrada que agradece
Mensaje de la 46a Asamblea Nacional de CONFERRE
Fuente: CONFERRE
Cada año muchos trabajadores y trabajadoras, acompañados por estudiantes y familias, también por uno que otro religioso consecuente, salen a las calles a marchar para conmemorar una vez más el levantamiento obrero de Chicago que dio origen al día internacional del trabajo. Probablemente muchos de quienes marchan ni siquiera saben la historia que hay detrás de este día, pero sienten la necesidad de acompañar a quienes luchan por las reivindicaciones laborales. Para muchos otros y otras (lamentablemente los más), este es un día de descanso, un día feriado que no tiene mayor significado que el de permitirnos quedarnos en casa o bien tomar unas pequeñas vacaciones, de conmemoración nada.
Para nosotros y nosotras católicos, el día del trabajo debiese ser un día especial ya que no sólo celebramos este acontecimiento o esta fecha internacional, sino que también celebramos a quien refleja para nuestra iglesia el rostro del trabajador, a San José Obrero, y con el conmemoramos la dignidad y el valor del trabajo, como lo menciona el Papa Francisco:
El principal valor del trabajo es el bien de la persona humana, porque la realiza como tal, con sus actitudes y su capacidad intelectual, creativa y manual. Es por ello que el trabajo no sólo tiene una finalidad económica y ganancias, sino también un objetivo que afecta al hombre y a su dignidad (Discurso a los obreros de el complejo siderúrgico de Terni)
Para nuestra iglesia la defensa de la justicia y dignidad de las y los trabajadores ha sido un tema central, especialmente a partir de la encíclica Rerum Novarum y de todas las encíclicas sociales que le han seguido. En nuestro país hemos tenido muchos sacerdotes, laicos, religiosos y religiosas que han entendido su experiencia de fe y vida ligada a la lucha por los derechos laborales como el Padre Hurtado, Alfonso Baeza, Juan Alsina, Clotario Blest y muchos otros y otras que nos son menos conocidos. Sin embargo, nuestra iglesia también es cuna y lugar de cobijo de muchos hombres y mujeres que muestran gran piedad y devoción, que viven su fe encerrados en el templo, la oración y el cumplimiento de los preceptos y doctrinas de la iglesia, y que sin embargo en sus negocios y empresas abusan de la dignidad y los derechos de sus trabajadores y trabajadoras, con bajos sueldos y largas jornadas laborales.
Por ello las causas obreras son también nuestras causas, pues está demostrado que solo cuando nos unimos se logran los cambios necesarios para revertir situaciones de injusticia y desigualdad. Para los cristianos revelarnos contra las injusticia es una forma de ser consecuentes con el proyecto de Jesús.
En este día les invitamos a recordar algunos textos de la Doctrina Social de la Iglesia y del Documento de Aparecida con respecto al trabajo:
301 Los derechos de los trabajadores, como todos los demás derechos, se basan en la naturaleza de la persona humana y en su dignidad trascendente. El Magisterio social de la Iglesia ha considerado oportuno enunciar algunos de ellos, indicando la conveniencia de su reconocimiento en los ordenamientos jurídicos: el derecho a una justa remuneración; el derecho al descanso; el derecho « a ambientes de trabajo y a procesos productivos que no comporten perjuicio a la salud física de los trabajadores y no dañen su integridad moral »; el derecho a que sea salvaguardada la propia personalidad en el lugar de trabajo, sin que sean « conculcados de ningún modo en la propia conciencia o en la propia dignidad »; el derecho a subsidios adecuados e indispensables para la subsistencia de los trabajadores desocupados y de sus familias; el derecho a la pensión, así como a la seguridad social para la vejez, la enfermedad y en caso de accidentes relacionados con la prestación laboral; el derecho a previsiones sociales vinculadas a la maternidad; el derecho a reunirse y a asociarse. Estos derechos son frecuentemente desatendidos, como confirman los tristes fenómenos del trabajo infraremunerado, sin garantías ni representación adecuadas. Con frecuencia sucede que las condiciones de trabajo para hombres, mujeres y niños, especialmente en los países en vías de desarrollo, son tan inhumanas que ofenden su dignidad y dañan su salud.
305 El Magisterio reconoce la función fundamental desarrollada por los sindicatos de trabajadores, cuya razón de ser consiste en el derecho de los trabajadores a formar asociaciones o uniones para defender los intereses vitales de los hombres empleados en las diversas profesiones. Los sindicatos « se han desarrollado sobre la base de la lucha de los trabajadores, del mundo del trabajo y, ante todo, de lo trabajadores industriales para la tutela de sus justos derechos frente a los empresarios y a los propietarios de los medios de producción ».
Las organizaciones sindicales, buscando su fin específico al servicio del bien común, son un factor constructivo de orden social y de solidaridad y, por ello, un elemento indispensable de la vida social. El reconocimiento de los derechos del trabajo ha sido desde siempre un problema de difícil solución, porque se realiza en el marco de procesos históricos e institucionales complejos, y todavía hoy no se puede decir cumplido. Lo que hace más actual y necesario el ejercicio de una auténtica solidaridad entre los trabajadores.
308 Ante los cambios introducidos en el mundo del trabajo, la solidaridad se podrá recuperar, e incluso fundarse mejor que en el pasado, si se actúa para volver a descubrir el valor subjetivo del trabajo: « Hay que seguir preguntándose sobre el sujeto del trabajo y las condiciones en las que vive ». Por ello, « son siempre necesarios nuevos movimientos de solidaridad de los hombres del trabajo y de solidaridad con los hombres del trabajo ».
315 El trabajo en las pequeñas y medianas empresas, el trabajo artesanal y el trabajo independiente, pueden constituir una ocasión para hacer más humana la vivencia laboral, ya sea por la posibilidad de establecer relaciones interpersonales positivas en comunidades de pequeñas dimensiones, ya sea por las mejores oportunidades que se ofrecen a la iniciativa y al espíritu emprendedor; sin embargo, no son pocos, en estos sectores, los casos de trato injusto, de trabajo mal pagado y sobre todo inseguro.
También algunos textos de la conferencia de Obispos de Aparecida:
120. Alabamos a Dios porque en la belleza de la creación, que es obra de sus manos, resplandece el sentido del trabajo como participación de su tarea creadora y como servicio a los hermanos y hermanas. Jesús, el carpintero (cf. Mc 6, 3), dignificó el trabajo y al trabajador y recuerda que el trabajo no es un mero apéndice de la vida, sino que constituye una dimensión fundamental de la existencia del hombre en la tierra53, por la cual el hombre y la mujer se realizan a sí mismos como seres humanos54. El trabajo garantiza la dignidad y la libertad del hombre, es probablemente la clave esencial de toda la cuestión social55.
121. Damos gracias a Dios porque su palabra nos enseña que, a pesar de la fatiga que muchas veces acompaña al trabajo, el cristiano sabe que éste, unido a la oración, sirve no sólo al progreso terreno, sino también a la santificación personal y a la construcción del Reino de Dios56. El desempleo, la injusta remuneración del trabajo y el vivir sin querer trabajar son contrarios al designio de Dios. El discípulo y el misionero, respondiendo a este designio, promueven la dignidad del trabajador y del trabajo, el justo reconocimiento de sus derechos y de sus deberes, y desarrollan la cultura del trabajo y denuncian toda injusticia. La salvaguardia del domingo, como día de descanso, de familia y culto al Señor, garantiza el equilibrio entre trabajo y reposo. Corresponde a la comunidad crear estructuras que ofrezcan un trabajo a las personas minusválidas según sus posibilidades.
122. Alabamos a Dios por los talentos, el estudio y la decisión de hombres y mujeres para promover iniciativas y proyectos generadores de trabajo y producción, que elevan la condición humana y el bienestar de la sociedad. La actividad empresarial es buena y necesaria cuando respeta la dignidad del trabajador, el cuidado del medio ambiente y se ordena al bien común. Se pervierte cuando, buscando solo el lucro, atenta contra los derechos de los trabajadores y la justicia.
Centro Misionero de San Columbano
Oficina de Justicia, Paz e Integridad de la Creación.
Sociedad Misionera de San Columbano
El año 1987 fue especialmente significativo para nuestro país, en plena dictadura en que las libertades se encontraban restringidas, se violaban los derechos humanos de muchos chilenos y chilenas, el Papa Juan Pablo II visitaba Chile. Millones de chilenos veían en su visita una luz de esperanza para poner fin a años de violencia, abuso y postergación. Fueron días en que una luz de esperanza llenó los corazones.
Juan Pablo II recorrió la extensa geografía de nuestro país, reuniéndose con diferentes actores de nuestra sociedad: con los jóvenes en el Estadio Nacional; con los hermanos privados de libertad en Antofagasta; con los pueblos originarios y campesinos en Temuco; llegó hasta Punta Arenas en el Encuentro por la paz y con la Zona Austral. Bendijo a nuestro país y a Santiago desde lo alto del cerro San Cristóbal y se reunió con los pobladores en un recordado encuentro en La Bandera, oportunidad en que dos pobladores, saliendo del libreto oficial, contaron al pontífice los sufrimientos y torturas que sufrían los chilenos.
Nos preparó y acompañó durante su visita el himno Mensajero de la Vida, canción que 27 años después, nos hizo recordar esos momentos vividos en los difíciles años de la dictadura. Hoy, de una forma distinta la imagen de Juan Pablo II vuelve a estar junto a nuestros hermanos más postergados, humillados y excluidos, ahí en los Bajos de Mena en la comuna de Puente Alto, un sector perteneciente a la parroquia columbana de San Matías.
Compartimos un video de la bendición de la imagen y parque dedicado a San Juan Pablo II y el programa Los Caminos de la Iglesia que se emite por UCV TV dedicado a esta celebración.
La Pastoral ecuménica de acompañamiento a personas viviendo con VIH y Sida y Cegal invitan a una Liturgia -Velatón en San Francisco de Alameda este 19 de mayo a las 19 horas.
El sentido de este momento nace del deseo y la inquietud de revivir con fuerza este día para tener presencia ciudadana, alertando la situación del VIH SIDA que permanece silenciado por el Estado, el Gobierno, ciudadanía, Religiones e Iglesias olvidando convenios suscritos y compromisos adquiridos: Como reducir el estigma. Garantizar el acceso. Aumentarlos recursos. Promover la participación y llegar a cumplir la meta del milenio el 2015 que es Llegar a cero:
Cero nuevas infecciones por VIH
Cero muertes relacionadas con el sida
Cero discriminaciones
Los Grupos, ONGs, Sindicatos, Pastorales, Organizaciones que hemos y seguimos trabajando para el VIH/SIDA, tenemos el deber de unirnos para fortalecernos en esta labor, señala la invitación.
La convocatoria nos llama a Mantener la luz encendida iluminando el VIH: es nuestra tarea
MENSAJE DEL SANTO PADRE FRANCISCO
PARA LA 51 JORNADA MUNDIAL DE ORACIÓN POR LAS VOCACIONES
11 DE MAYO DE 2014 IV DOMINGO DE PASCUA
Tema: Vocaciones, testimonio de la verdad
Queridos hermanos y hermanas:
1. El Evangelio relata que «Jesús recorría todas las ciudades y aldeas Al ver a las muchedumbres, se compadecía de ellas, porque estaban extenuadas y abandonadas como ovejas que no tienen pastor. Entonces dice a sus discípulos: La mies es abundante, pero los trabajadores son pocos; rogad, pues, al Señor de la mies que mande trabajadores a su mies» (Mt 9,35-38). Estas palabras nos sorprenden, porque todos sabemos que primero es necesario arar, sembrar y cultivar para poder luego, a su debido tiempo, cosechar una mies abundante. Jesús, en cambio, afirma que «la mies es abundante». ¿Pero quién ha trabajado para que el resultado fuese así? La respuesta es una sola: Dios. Evidentemente el campo del cual habla Jesús es la humanidad, somos nosotros. Y la acción eficaz que es causa del «mucho fruto» es la gracia de Dios, la comunión con él (cf. Jn 15,5). Por tanto, la oración que Jesús pide a la Iglesia se refiere a la petición de incrementar el número de quienes están al servicio de su Reino. San Pablo, que fue uno de estos «colaboradores de Dios», se prodigó incansablemente por la causa del Evangelio y de la Iglesia. Con la conciencia de quien ha experimentado personalmente hasta qué punto es inescrutable la voluntad salvífica de Dios, y que la iniciativa de la gracia es el origen de toda vocación, el Apóstol recuerda a los cristianos de Corinto: «Vosotros sois campo de Dios» (1 Co 3,9). Así, primero nace dentro de nuestro corazón el asombro por una mies abundante que sólo Dios puede dar; luego, la gratitud por un amor que siempre nos precede; por último, la adoración por la obra que él ha hecho y que requiere nuestro libre compromiso de actuar con él y por él.
2. Muchas veces hemos rezado con las palabras del salmista: «Él nos hizo y somos suyos, su pueblo y ovejas de su rebaño» (Sal 100,3); o también: «El Señor se escogió a Jacob, a Israel en posesión suya» (Sal 135,4). Pues bien, nosotros somos «propiedad» de Dios no en el sentido de la posesión que hace esclavos, sino de un vínculo fuerte que nos une a Dios y entre nosotros, según un pacto de alianza que permanece eternamente «porque su amor es para siempre» (cf. Sal 136). En el relato de la vocación del profeta Jeremías, por ejemplo, Dios recuerda que él vela continuamente sobre cada uno para que se cumpla su Palabra en nosotros. La imagen elegida es la rama de almendro, el primero en florecer, anunciando el renacer de la vida en primavera (cf. Jr 1,11-12). Todo procede de él y es don suyo: el mundo, la vida, la muerte, el presente, el futuro, pero asegura el Apóstol «vosotros sois de Cristo y Cristo de Dios» (1 Co 3,23). He aquí explicado el modo de pertenecer a Dios: a través de la relación única y personal con Jesús, que nos confirió el Bautismo desde el inicio de nuestro nacimiento a la vida nueva. Es Cristo, por lo tanto, quien continuamente nos interpela con su Palabra para que confiemos en él, amándole «con todo el corazón, con todo el entendimiento y con todo el ser» (Mc 12,33). Por eso, toda vocación, no obstante la pluralidad de los caminos, requiere siempre un éxodo de sí mismos para centrar la propia existencia en Cristo y en su Evangelio. Tanto en la vida conyugal, como en las formas de consagración religiosa y en la vida sacerdotal, es necesario superar los modos de pensar y de actuar no concordes con la voluntad de Dios. Es un «éxodo que nos conduce a un camino de adoración al Señor y de servicio a él en los hermanos y hermanas» (Discurso a la Unión internacional de superioras generales, 8 de mayo de 2013). Por eso, todos estamos llamados a adorar a Cristo en nuestro corazón (cf. 1 P 3,15) para dejarnos alcanzar por el impulso de la gracia que anida en la semilla de la Palabra, que debe crecer en nosotros y transformarse en servicio concreto al prójimo. No debemos tener miedo: Dios sigue con pasión y maestría la obra fruto de sus manos en cada etapa de la vida. Jamás nos abandona. Le interesa que se cumpla su proyecto en nosotros, pero quiere conseguirlo con nuestro asentimiento y nuestra colaboración.
3. También hoy Jesús vive y camina en nuestras realidades de la vida ordinaria para acercarse a todos, comenzando por los últimos, y curarnos de nuestros males y enfermedades. Me dirijo ahora a aquellos que están bien dispuestos a ponerse a la escucha de la voz de Cristo que resuena en la Iglesia, para comprender cuál es la propia vocación. Os invito a escuchar y seguir a Jesús, a dejaros transformar interiormente por sus palabras que «son espíritu y vida» (Jn 6,63). María, Madre de Jesús y nuestra, nos repite también a nosotros: «Haced lo que él os diga» (Jn 2,5). Os hará bien participar con confianza en un camino comunitario que sepa despertar en vosotros y en torno a vosotros las mejores energías. La vocación es un fruto que madura en el campo bien cultivado del amor recíproco que se hace servicio mutuo, en el contexto de una auténtica vida eclesial. Ninguna vocación nace por sí misma o vive por sí misma. La vocación surge del corazón de Dios y brota en la tierra buena del pueblo fiel, en la experiencia del amor fraterno. ¿Acaso no dijo Jesús: «En esto conocerán todos que sois discípulos míos: si os amáis unos a otros» (Jn 13,35)?
4. Queridos hermanos y hermanas, vivir este «alto grado de la vida cristiana ordinaria» (cf. Juan Pablo II, Carta ap. Novo millennio ineunte, 31), significa algunas veces ir a contracorriente, y comporta también encontrarse con obstáculos, fuera y dentro de nosotros. Jesús mismo nos advierte: La buena semilla de la Palabra de Dios a menudo es robada por el Maligno, bloqueada por las tribulaciones, ahogada por preocupaciones y seducciones mundanas (cf. Mt 13,19-22). Todas estas dificultades podrían desalentarnos, replegándonos por sendas aparentemente más cómodas. Pero la verdadera alegría de los llamados consiste en creer y experimentar que él, el Señor, es fiel, y con él podemos caminar, ser discípulos y testigos del amor de Dios, abrir el corazón a grandes ideales, a cosas grandes. «Los cristianos no hemos sido elegidos por el Señor para pequeñeces. Id siempre más allá, hacia las cosas grandes. Poned en juego vuestra vida por los grandes ideales» (Homilía en la misa para los confirmandos, 28 de abril de 2013). A vosotros obispos, sacerdotes, religiosos, comunidades y familias cristianas os pido que orientéis la pastoral vocacional en esta dirección, acompañando a los jóvenes por itinerarios de santidad que, al ser personales, «exigen una auténtica pedagogía de la santidad, capaz de adaptarse a los ritmos de cada persona. Esta pedagogía debe integrar las riquezas de la propuesta dirigida a todos con las formas tradicionales de ayuda personal y de grupo, y con las formas más recientes ofrecidas en las asociaciones y en los movimientos reconocidos por la Iglesia» (Juan Pablo II, Carta ap. Novo millennio ineunte, 31).
Dispongamos por tanto nuestro corazón a ser «terreno bueno» para escuchar, acoger y vivir la Palabra y dar así fruto. Cuanto más nos unamos a Jesús con la oración, la Sagrada Escritura, la Eucaristía, los Sacramentos celebrados y vividos en la Iglesia, con la fraternidad vivida, tanto más crecerá en nosotros la alegría de colaborar con Dios al servicio del Reino de misericordia y de verdad, de justicia y de paz. Y la cosecha será abundante y en la medida de la gracia que sabremos acoger con docilidad en nosotros. Con este deseo, y pidiéndoos que recéis por mí, imparto de corazón a todos la Bendición Apostólica.
Vaticano, 15 de Enero de 2014
FRANCISCO
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En una alegre celebración asumió como nuevo párroco de la parroquia Santo Tomas de La Pintana el P. Hwang Miguel, sacerdote asociado a la Sociedad Misionera de San Columbano.
La misa, en la que asumió como nuevo párroco el Padre Hwang, fue presidida por el Obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Santiago, Monseñor Pedro Ossandón.
Quien deja la parroquia es el Padre Chris Sáenz, quien realizó su servicio pastoral en esta comunidad primero como vicario y posteriormente como párroco. El P. Chris continuará como formador de la Casa Bobbio
Deseamos al P. Hwang un fructífero servicio pastoral y que sea un tiempo de fecunda comunión eclesial con la comunidad Columbana de La Pintana.
Durante esta semana se realiza con las comunidades de la parroquia Santo Tomás de La Pintana encuentros de formación misionera para profundizar en la invitación que el Señor nos hace: «Jesús dijo a sus discípulos: pasemos a la otra orilla del lago» (Mc 4,35).
Los encuentros del lunes y el martes se realizaron en la comunidad Santo Tomás y en ella han participado más de 30 personas de ambas comunidades. La formación prosigue hoy y mañana en la comunidad Padre Hurtado de la parroquia y se desarrollará desde las 20 a 22 horas.
Esta formación misionera nos pemite ahondar en el carisma Columbano y en la Misión Territorial que estamos viviendo como iglesia.
Terminado el primer discurso de la presidenta Bachelet, en este su segundo mandato, quienes hemos estado en la lucha por la recuperación y defensa del agua tenemos una sensación ambigua. Por un lado nos parece que la construcción colectiva de una propuesta y un discurso coherente por parte de las comunidades afectadas por conflictos de agua, sumado a la presión que hemos desarrollado a lo largo de todo el territorio, en el parlamento, los medios y otros espacios, ha posicionado la problemática del agua en la opinión pública y ha obligado a las autoridades a pronunciarse frente al tema. Pero por otro lado nos surgen dudas sobre que es lo que realmente se ha escuchado de las demandas de las comunidades y cómo esto se ha traducido en los anuncios y propuestas que ha hecho la Presidenta.
En este sentido, creemos que los anuncios sobre un proyecto de ley para la protección de los glaciares, y el reconocimiento del agua como un bien nacional de uso público van por el camino correcto, los saludamos y esperamos una profundización inmediata sobre ellos. Sin embargo, y para ser rigurosos, nos parece contradictorio que junto a estos anuncios que valoramos, se anuncie también una mayor promoción y fortalecimiento de la minería y la industria forestal, en particular la vigencia y extensión del decreto 701, decreto que incentiva el monocultivo forestal, actividad que agota las napas freáticas y erosiona los suelos; minería e industria forestal, son actividades absolutamente extractivas en materia de aguas, y por ende, principales causantes de conflictos de contaminación, escasez y acceso al agua de bebida, para servicios higiénicos, y para producir alimentos por parte de la población.
Una segunda mirada más global del discurso, nos lleva a pararnos con distancia y cautela frente a los otros puntos referidos al tema. Por ejemplo nos cuestiona cuál será la consideración de la opinión de las comunidades y organizaciones en las propuestas que presentará el delegado presidencial en junio próximo. ¿Seremos invitados a algún espacio de reflexión o sólo algunas ONGs de carácter más técnico serán convocadas para representar a la sociedad civil?, desde ya nos parece preocupante que sólo se mencionen sustanciales modificaciones al código de aguas, en circunstancias que la vigencia de los instrumentos privatizadores del agua, código de aguas formulado el año 1981, y el tratado binacional minero, suscrito por Frei Ruiz Tagle y Eduardo Menem a fines del año 1997, tuvieron como impronta transformar a las aguas en objeto de lucro, usura y exclusión, del mismo modo, no es posible consagrar a las aguas como un bien nacional de uso público con la actual institucionalidad hídrica, institucionalidad responsable de haber sobre entregado las cuencas hidrográficas, responsable de no ejercer sus funciones fiscalizadoras, en especial en aquellos territorios donde conspicuos políticos y empresarios roban agua para lucrar. ¿Es posible que robar agua sea una falta administrativa penalizada pecuniariamente, cuando la privación de agua por razones económicas y sociales compromete la vida?
Lo hemos señalado en innumerables ocasiones, el agua no puede ser vista como un recurso, concepto usado habitualmente por las autoridades y las empresas, sino como un Bien Común, como un derecho humano fundamental, como un elemento vital, y por tanto no puede estar al servicio de una mirada de desarrollo basada en la explotación de la naturaleza que no considera los sentidos y significados culturales de este elemento, ni a los pueblos, el medioambiente y las formas de vidas de las comunidades. El anuncio presidencial, a nuestro juicio, se enmarca en una concepción de mundo donde todo, incluso el ser humano y los elementos básicos para su supervivencia, están al servicio del mercado, y quienes se oponen a esta visión son criminalizados, censurados, declarados peligrosos para la sociedad, situación que muchos de nuestros compañeros y compañeras viven a diario.
Esperamos que lo anunciado hoy, y las medidas que les sucederán, estén en consonancia con una real valoración del agua, con una real participación de los afectados y de la mano de un compromiso gubernamental con una gestión del agua participativa y comunitaria.
Rodrigo Mundaca, de Movimiento Defensa por el Derecho al Agua y Protección del Medio Ambiente.
César Correa, Oficina de Justicia Paz e Integridad de la Creación, Sociedad Misionera de San Columbano.
Este sábado 24 de mayo se realizará en el Santuario de San Alberto Hurtado la Feria de los Carismas que organiza la Arquidiócesis de Santiago.
La feria, que se desarrollará desde las 15:00 hasta las 19:00hrs, es una instancia de encuentro y participación que nos permite como iglesia dar a conocer los distintos llamados que hace Dios para servir a su pueblo. Por eso los invitamos a acercarse este sábado hasta la explanada del Santuario de San Alberto Hurtado, para conocer el carisma y quehacer de la Sociedad Misionera de San Columbano.
Los Columbanos estaremos presentes en esta feria con nuestro stand. Seminaristas y laicos misioneros columbanos orientarán y responderán tus inquietudes.
Esta actividad del sábado finalizará con una Adoración al Santísimo guiada por Monseñor Ricardo Ezzati Andrello, Arzobispo de Santiago.
Laicos Misioneros Columbanos se hicieron presentes en la Expo Carismas 2014, instancia que preparó por segundo año la Arquidiócesis de Santiago y que se realizó en la explanada del Santuario de San Alberto Hurtado,
En este año hubo una mayor participación de congregaciones en esta feria lo que fue valorado por quienes llegaron hasta el Santuario. Whoo Shin, de los Laicos Misioneros Columbanos, contó que fue muy motivador ver muchos grupos de jóvenes con sus asesores recorriendo la Feria, todos muy motivados por la Misión Territorial.